sábado, 11 de agosto de 2007

CUENTACUENTOS 13-8-2007


Cuentacuentos 13-8-2007


Frase de María: "Nada más despertar, se gira y lo descubre a su lado"



Nada más despertar, se gira y lo descubre a su lado y da gracias a Dios por mantenerlos juntos un día más. Son muchos años los que tienen y Carlota, siempre ha tenido miedo de que Lorenzo, se vaya antes que ella; pero al mismo tiempo, no quisiera irse ella primero y que él tenga que vivir sus últimos días en soledad.

Al despertar Lorenzo, se repite el mismo ritual; rápidamente se gira hacia el lado de la cama que ocupa su querida Carlota y como ella siempre se despierta más temprano, se encuentra con una hermosa sonrisa dándole los buenos días.

Ninguno de los dos quiere vivir más años y ambos tienen miedo de no poder valerse por sí mismos, pero mientras sigan juntos, se tienen uno al otro y lo que no puede hacer Carlota, lo hace encantado Lorenzo y viceversa. Ella tiene torpes las manos y pierde el equilibrio por falta de riego sanguíneo en el cerebro. Él si no fuera por los dolores en las rodillas, se podría decir que está hecho un “toro”.

Con cuidado se levanta Lorenzo. Va al lavabo, se afeita, se lava los dientes y se viste. Una vez preparado, ayuda a levantarse a Carlota, la acompaña al lavabo y mientras ella se asea sentada en una silla puesta a propósito desde la última caída, el marido se pone a preparar el desayuno con muchísimo mimo y sin que falte un sólo detalle. Siempre le ha encantado cuidar de su esposa y tener todo preparado para cuando llega ella al comedor. Vuelve al dormitorio y ayuda a quitarse el camisón a Carlota y a vestirla. La pone de punta en blanco como siempre le ha gustado a ella, que es inmensamente femenina y coqueta, la peina y la calza con unos zapatos cómodos de buena piel, para que se sienta lo más confortable posible y muy despacito, se dirigen ambos a dar buena cuenta de las viandas que ha preparado Lorenzo, mientras los rayos de sol, entra generosamente por el gran ventanal de la estancia.

Es un verdadero placer escuchar las conversaciones mientras desayunan, recordando personas y anécdotas de tiempos pasados, vividas en el pueblo natal del matrimonio.

Lorenzo y Carlota, llevan juntos más de sesenta años y tienen cinco hijos en común. Cuatro chicas y un chico. Además, tienen once nietos y dos biznietos. Cada día los visita uno de sus hijos, que le deja la comida preparada y baña a su madre, que como hemos dicho anteriormente, no puede hacerlo sola desde que sufrió una serie de caídas graves, en especial la última, que le costó la rotura de los dos hombros. Una vez por semana va una señora, que quiere al matrimonio como si de sus padres se tratara y hace la limpieza a fondo de la vivienda.

Hace unos años Carlota y Lorenzo, decidieron vender su piso de toda la vida y la casa del pueblo y comprarse un luminoso piso nuevo con todas las comodidades. Lo decoraron todo a estrenar, como si fueran una pareja joven a punto de casarse. Y viendo los resultados, decidieron celebrar sus bodas de oro con el mismo entusiasmo que lo hicieron la primera vez, cincuenta años antes, reuniendo como entonces, a toda la familia en un magnífico banquete nunpcial.

93 años tiene Lorenzo y 91 Carlota. Han llevado una vida intensa, y han vivido en distintos lugares del mundo. Pero lo más admirable de ellos, es que aún conservan la inocencia y la ilusión en sus miradas y a su lado se puede sentir verdadero rogocijo.


Marisela


Más historias:

http://www.elcuentacuentos.com/






12 comentarios:

P dijo...

Qué historia tan increíblemente bonita. No sólo hace apología del amor para siempre, sino que lo hace con una ternura y una descripción tan hermosa que logra emocionar.

Sólo hay una cosa que me sonó rara, cuando dices "ambos tienen miedo a no poderse valer por sí mismo", ¿no sería más correcto "ambos tienen miedo de no poder valerse por sí mismos"? Perdona el detalle quisquilloso: te lo digo con toda mi buena intención :)

Enhorabuena por un relato tan hermoso.

:**

wannea dijo...

Que tierna... yo también quiero llegar a los 90 años!! y mas aún si es compartiendo la vida con la persona que amo, si, yo también sentiría ese miedo de no poder vivir sin el otro, muy bonito, muy detallado, bessos!

Anónimo dijo...

Pues yo tengo miedo a envejecer, ya ves tu que tontería pero siempre lo he dicho. No quiero sentir que no me valgo por mi misma.. Pero bueno quitando este pensamiento resulta muy tierno leer algo así. Da fuerza.

un saludo

Luz de Luna dijo...

¡Preziozo Marisela...sniff...!. uf me recuerda a mis vecinos de al lado, tan mayores...sordos como tapias y tan enamorados. (bueno eso sí estan tor el dia discutiendo), ja ja...!

besitos.

Carabiru dijo...

Si tengo que llegar a esa edad que sea contando con un amor así.

Preciosa historia, llena de amor y ternura.

Me ha encantado.

Salu2

Miss Lawliet dijo...

Que buen sabor de boca me ha quedado con esta historia. Es preciosa. Ver el amor de una pareja que llevan juntos toda la vida pero que no han perdido esa ilusión del primer día.


Precioso y tierno, gracias.

Besos.

Klover dijo...

Que gozada llegar a esa edad disfrutando de un amor tan verdadero. Me ha gustado un montón Marisela. Un besote y hasta la próxima!

Rocío dijo...

Me encanta ese estilo que tienes de contar cosas reales y mágicas y sabre todo, esa forma tan bonita de emocionar, dejar un mensaje y una reflexión en cada relato que escribes.
Besos de emoción para tí.

Anónimo dijo...

Puffff... son muchos los años que tienen los protagonistas y también muchas cosas que pasar en todo ese tiempo. Yo no sé cuantos años viviré, pero espero poder hacerlo apoyándome en alguien como ellos dos hacen...
Es una historia realmente bonita y tierna.
Te dejo mil aplausos y mil besotes. Y gracias por escribir! ;)

Pugliesino dijo...

Tus palabras detienen el tiempo, como sus miradas al encontrarse, como ese silencio que solo ellos son capaces de adivinar cuanto amor cabe en un instante. Una historia que no es historia sino presente, un presente que mira lleno de vida al futuro que no es otro que el momento siguiente, porque en tanto tiempo han sabido apreciar que detenerlo un instante.
Preciosa Marisela. Un abrazo

Pedro dijo...

¡Ais! Que sensible que me he quedado. Me encantan las historias de amor para siempre. Que tierno. Me voy con una sonrisa bobalicona en la cara.

Un saludo,


Pedro.

atenea dijo...

Muy tierna tu historia de esta semana, me has hecho recordar a mis abuelos que por desgracia ya no están :( y tienes toda la razón, el uno era el apoyo del otro y eso se hizo más que evidente cuando faltó mi abuelo... jo, que me pongo tonta... snif...

Weno, que me ha encantado :)

Muaksss!!!