viernes, 15 de junio de 2007


Cuentacuentos 18-6-2007

"LA HABITACIÓN DEL DESEO"

“La habitación del deseo” y allí estaba yo con la cabeza a punto de estallarme, preparando el equipaje para coger el tren que me llevara lo más lejos posible y que no sabía muy bien si quería subirme o tirarme a él.

Hasta el más tonto de mis amigos había conseguido publicar y en cambio a mí, me dicen en la editorial, que mi novela está bien escrita, pero que ese tipo de literatura no vende, que hay que escribir temas “atrayentes y comerciales”.

Salí de la editorial con el estómago revuelto y me fui directa a un bar, donde me tomé dos copas seguidas de vino. No estoy acostumbrada a tomar alcohol y por eso ahora tenía aquel horrible dolor de cabeza. El local estaba vacío, no había clientes en la barra, sólo me encontraba yo sentada en la última mesa del rincón, pensando en mi amiga, la que acababa de ganar el premio Planeta con una novela mucho peor que la mía. El camarero aprovechaba o perdía el tiempo, leyendo una se esas novelas de bolsillo policiacas, escrita por un hombre y sólo para hombres. Le dije que aquel libro era muy malo, me cobró y me contestó que ese era el tipo de lectura que a él le gustaba. Salí del garito y entré en una librería, donde las estanterías parecían reírse de mi desgracia. Todo el mundo que conocía tenía publicado algún libro excepto yo.

Me fui directa a la habitación del hostal, llamada la habitación del deseo, para preparar la maleta y coger algún tren que me llevara lejos de allí, donde nadie me conociera y mucho menos que escribiera ni lo más mínimo.

Salí del dichoso hostal (que de deseo no tenía nada), y me fui a la estación. Ví llegar el tren. Venía repleto de personas con libros bajo el brazo y yo allí con mi manuscrito dentro de una carpeta. Jamás había sido violenta en ningún sentido, pero sin poder evitarlo, me puse a dar carpetazos como una loca a todos los que salían del vagón y a gritar como una poseída. Entonces desperté completamente bañada en sudor y comprobé que todo había sido un mal sueño. Aquella mañana, tenía una cita con mi editor para llevarle mi última novela….

Marisela

Más historias:

http://www.elcuentacuentos.com/


15 comentarios:

Luz de Luna dijo...

¡Es geníal!, Pues mira a mí me ha recordado a Copernico por un momento, que llevo consigo su obra 36 años antes de poder publicarla, más que nada para que no le echaran a la hoguera, jajaja. Un abrazo.

Darka Treake dijo...

ajajajaja

Sí, eso tiene que poner nervios@ a cualquiera, no??
Pero bueno... al final? como le fue??


Ah! y por cierto... menudo nombre para el hostal... índuce a pensamientos impuros...eeeep??


1saludote,
Darka.

tormenta dijo...

jejejeje puede ser un poco como una metafora del cuentacuentos, todo el mundo publicando el lunes, con sus flamantes cuentos publicados en sus respectivos blogs y uno, que sigue sin una sola triste idea sobre la que escribir.
Desde luego tu cuento de esta semana es muy original.
Un besito

Óscar Sejas dijo...

Jajajaja muy buen relato!

No me extraña que dentro del sueño reaccionaras de esa manera, yo habría hecho exactamente lo mismo.

Veo bastantes metáforas en tu escrito y lo asocio al cuentacuentos cada semana. Me gustó. Muy original.

Un abrazo

Anónimo dijo...

A ver como le va...al menos que se lo publiquen...pero sin premios Planeta de por medio por favor. Un besote!


Alguna vez he tenido esa sensacion...la que describe Tormenta...y tu relato lo ha bordado en ese sentido ^^

Carabiru dijo...

Jajajajajajaa
Eso es como soñar que todo el mundo aprueba menos tú, y eso que has estudiado mucho más, jejejeje

Menudo nombre para el hostal, no????? jejeejeje

Salu2

Tea Girl dijo...

Una historia de las más curiosas que he leído hasta ahora. Muy original.

Coincido con Tormenta en que es como una metáfora de los Cuentacuentos.


Un beso dulce!

Cuervo dijo...

muy divertido, si señora!!

por un momento pensé que tiraría la carpeta a las vías, lo recogería algún pringao y se haría rico con ello.

nos leemos la semana que viene!!

atenea dijo...

Y qué miedo dan esos sueños eh??? Eso de creer que vas a conseguir algo y va otro y te lo quita de las manos...

jajajaja anda que sea tormenta precisamente la que diga eso... aunque tiene toda la razón, yo últimamente siempre publico los lunes a última hora :P

Besos!!!

Pugliesino dijo...

Que bien nos trasladas esa tensión invisible que llena de interrogantes sobre su propia existencia aparece en el momento de enfrentarnos al vacío papel. El aceptar lo escrito, ya sea por el resto ya sea por uno mismo, como falle uno de los dos la desesperación llena de bolas de papel el suelo. Probablemente aquel camarero fuera quien mas estuviera disfrutando su lectura, no porque fuera escrito por un hombre o mujer, ni para tal o cual público, sino porque aquel libro le evadía. Y estaba bien escrito en ese momento. Y es que un libro es instante de magia.
Y que no sea tu última historia! :)
Un abrazo

Anónimo dijo...

Juasssss vaya sueño!! Es curioso tu relato por eso me ha gustado, sí señorita.

=)

Anónimo dijo...

"Hasta el más tonto de mis amigos había conseguido publicar..." jajaja, qué mala la prota!! Anda que estárían contentos sus amigos si la escuchasen decirlo!! jejeje
Sabes? yo creo que todos, en algún momento dado, hemos tenido ese tipo de pesadillas la noche antes de un "gran día". Me ha gustado mucho, sobre todo porque es una historia que se hace muy real y muy cercana (por eso que te digo de que son pesadillas que todos hemos tenido alguna vez...), además de estar escrita de una forma tan sencila.
Mil besotes y mil aplausos!!

Sara dijo...

jajajaja no sabes como me he reído con tu relato, imaginándome al protagonista repartiendo leches a todo el que se le arrimaba!!!
Muy original...que malas son las pesadillas, sobre todo para el que las sueña ;)
Un beso

Pedro dijo...

Jajajajajaja ¡Que angustia! Mira que me sentía identificado (Lo siento pero hay cad libro publicado por ahí que para que las prisas) Genial el fragmento de : >>El camarero aprovechaba o perdía el tiempo, leyendo una se esas novelas de bolsillo policiacas, escrita por un hombre y sólo para hombres.
En cierto tu cuento es el sueño-pesadilla de todo escritor...

Anónimo dijo...

Jejejeje, menuda pesadilla. A veces nos emparanoiamos con cosas, con aquello que deseamos mucho y que estamos ansiosos por cumplir pero no vemos en que momento va a llegar. Muy bien conseguida esa sensación.

Muchos besossssssssss