sábado, 22 de septiembre de 2007

CUENTACUENTOS 24-9-2007


Cuentacuentos 24-9-2007


Frase de Hell: "Incluso el que menos te lo esperas podría ser..."


Incluso el que menos te lo esperas podría ser un asesino, un violador, un
maltratador, etc...

Mi abuela siempre decía que cuanto más complicado es un ser humano, más normal es a los ojos de la sociedad.

Si, no lo puedo remediar, no he llegado al portal del bloque en el que vivo, cuando me ha empapado un sudor frío e intenso, no puedo parar de temblar y la vista se me nubla, haciendo que inmediatamente gire mis pasos de nuevo hacia mi apartamento. Dos años hace ya que no puedo salir del edificio que se supone es mi hogar, pero que poco a poco se ha convertido en la peor de las cárceles para mí.

Todo empezó cuando una mañana mi amiga Gloria y yo, salimos a desayunar y dispuestas a coger las mejores gangas en las rebajas que empezaba ese mismo día. Divertidas y con ganas de comernos el mundo, nos dirigimos al bar donde solíamos comer unos churros exquisitos. Allí, nos encontramos con otras amigas, reimos, bromeamos y nos contamos los últimos chismes que habían llegado a nuestros oídos... Una vez lleno el estómago para afrontar la batalla del primer día de rebajas, nos dirigimos hacia la estación para coger el tren de cercanía que nos llevaría al centro de la Ciudad.

Así lo hicimos, pero al llegar a nuestro destino, en tan sólo unos segundos cambió mi vida para siempre... Justo al salir de la estación, un chaval al que apenas pude ver, pegó un fuerte tirón del bolso de mi amiga, arrastrándola en su huída unos metros y partiéndole el hombro como resultado del robo. El resto del día, nos lo pasamos entre la comisaría poniendo la denuncia y el hospital para que encajaran el hombro de mi amiga y le pusieran el brazo en cabestrillo, impidiendo de esa forma, que lo pudiera mover. También he de decir, que por aquellos días, apareció muerta una chica que hacía semanas que estaba desaparecida y echaron en televisión un especial de los muchos jóvenes que aún se desconocía su paradero, con la consiguiente angustia de sus padres y familiares más cercanos.

La cuestión es que desde ese mismo día, mis pies no han podido volver a pisar la calle.

Mi amiga Gloria viene a verme a menudo y me dice con razón, que fue a ella a quien le hicieron daño, pero que no podemos encerrarnos en clausura por lo sucedido. Y yo lo comprendo... pero no puedo salir ´por más que lo intento.

Ahora dependo totalmente de familiares y amigos, para cualquier gestión que tenga que realizar fuera de casa. Hasta el pan, me lo tienen que traer las vecinas y ni al médico he podido ir cuando me he encontrado mal.

No sé si habrá alguien que me pueda ayudar a recuperar mi libertad, mi vida en una palabra...

Marisela

Más historias:

http://www.elcuentacuentos.com/



14 comentarios:

Anónimo dijo...

Marisela Reina:

Sin palabras me has dejado desde el primer rengl�n. Es muy muy bueno, y refleja muy bi�n el miedo al mundo exterior hasta convertirse en psicosis..cuando lo digiera volver�...Besitos.

Luz de Luna

wannea dijo...

De todo hay que salir y a todo hay que afrontarse, el miedo es el que no hace libre al corazón, muy bien hilado, me gusta, aunque yo lo alargaría un poco más, no se, en fin, muchos bessos!

Anónimo dijo...

Marisela, podría escribirte líneas y líneas referente a casos parecidos con igual fin. Mira la televisión estos días y observa lo costernado que está la zona de Vall d'Hebrón. La gente allí tiene miedo, pero ese miedo se puede convertir en la peor de las armas.
Sé lo que intentas explicar en tu relato porque lo he podido conocer (por cercanías mías) y es duro temer a la nada.
Muy bien hilado pero, como dice Wannea, lo hubiera alargado hasta poner en tensión al lector!
Besos!!!

Hell.

Laura Luna dijo...

Hay muchos casos parecidos al que describes en esta historia. Muchas personas que han vivido una experiencia traumática (aunque "sólo" la hubieran visto) y que se han quedado encerradas en sus casas. Eso tampoco es la solución, porque entonces el "violador/asesino/ladrón" es la enfermedad y la locura.
Besos,
Mun

Anónimo dijo...

Pues me he quedado con ganas de más, con rebuscar en el interior de la persona, con jugar más con el desarrollo del relato, no sé me da la sensación de que ha sido todo muy rápido y que existe más que contar. Es un tema el que intentas trasmitir con el que se pueden sacar muchas cosas.

besines
Jara

Anónimo dijo...

Pues yo creo que lo que querías explicar, que es el miedo y la impotencia en esta clase se fobia, lo haces estupendamente y es que en realidad es así. Casi un segundo y ese miedo se mete en el cuerpo para siempre.
Te quitan mucho más que el bolso.
Saludos.

Klover dijo...

El miedo puede salir de su escondrijo así de repente y privar a una persona de lo que antes tenía, de libertad, de una vida normal; me ha gustado, has tocado un tema bastante candente y has sabido mostrarnos sin rodeos como esta mujer llega a tal obsesión. Como pequeño pero: estoy de acuerdo con mis compis en cuanto a que lo podrías haber alargado más aunque también entiendo que cada uno, a la hora de escribir, tenemos una especie de molde y nos cuesta pasar la frontera de la extensión a la que estamos acostumbrados.

Un abrazo Marisela! Cuídate!

Queralt dijo...

Me ha gustado mucho que toques este tema porque, aunque no nos demos cuenta, hay muchas personas sufriendo en silencio estos problemas en mayor o menor medida. Conozco a gente que no se atreve a ir a determinados sitios o con determinadas personas, o en determinados días, o todo junto... en fin, que arrastramos más traumas de los que nos imaginamos.
Muy bien contado y espero, que no sea experiencia propia.

Cerezas llenas de besos.

Queralt.

Polux dijo...

El amor no existe en el miedo.




espero que te ayude.






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There's no love in fear.


Pushit-Tool

Te lo recomiendo.


saludos!

Carabiru dijo...

Vaya, un tema espinoso, y un desarrollo interesante.

Me has dejado pensando...

Anónimo dijo...

Conozco un caso en que le arrancaron de cuajo los pendientes, que además, eran de bisutería, que le pasa exactamente como cuentas estupendamente en este relato. Desde luego, supongo que no se puede hacer nada al respecto, porque en todas las ciudades hay este mal social, que contagia a todas las víctimas condenándolas al miedo más irracional e injusto.
Ya no es lo que te quiten, sino las secuelas que te dejan.
Felicidades y muchos besos.

Pugliesino dijo...

Y no es tu historia una parte de la sección de sucesos como a base de sistematizarlos nos quieren hacer ver, sino es parte de una importante batalla por la libertad, que de momento no vamos ganando. Tu historia, me quedo sobre todo con la bella naturalidad con que la cuentas, refleja ese momento en que sin esperarlo cambia en un instante toda una vida, por culpa de...
Todo es mucho y a la vez poco para combatir esa plaga.
Y luego ponen en la calle a un violador no rehabilitado... en fin...

Un abrazo!

Popi dijo...

Agorafobia creo que se llama. A veces me siento así, con miedo a salir de casa, un miedo atávico seguramente, pero no por eso deja de ser estúpido. Por eso, cuando me invaden esos temores planeo un viaje a la montaña, lejos de los ruidos de la ciudad y esos tormentos y al volver, después de estar días perdido entre árboles, animales, ríos y montañas, me doy cuenta de que pierdo el tiempo en casa, de que en la vida los miedos son las barreras que impiden conseguir esos pequeños momentos de paz y felicidad que tanto necesitamos. Me guiaste estupendamente por tus letras.
Un abrazo Marisela.

Carla dijo...

A veces lo más real puede resultar tan absurdo... ¡¡¡¡¡¿Verdad?!!! No digo que sea absurdo tener miedo ante un suceso como ese, pero sí resulta extraño que precisamente la persona que sufrió la agresión no sea la que se encierra, sino la que la vio, pero ¿Cómoo saber cómo reaccionarán nuestro cuerpo y nuestra mente ante una situación como la que tan bien describes?

Buena historia!!

Por cierto, siento venir tan tarde. Poco más y llego para la siguiente frase!!

Un abrazo